El Camino
‘Dios ayuda, y Santiago’ reza la leyenda en la Credencial del Peregrino que otorgan en Roncesvalles. Curiosa la construcción gramatical. Como si cuando Dios no alcanzara estuviera Santiago para acercar consuelo y fortaleza. Y hoy queda clara la razón. Es que el Camino muestra los dientes y va mordiendo de a poco, buscando flaqueza y descubriendo dónde duele más, dónde la carne y la sangre se acercan a la piel. El quinto día de Camino me encuentra en Estella, un pueblo medieval de Navarra, donde la lluvia moja las piedras ancianas y el buen humor no abunda.
Es un pueblo fundado por el Rey Sancho, casi especialmente para el Camino, para servir de nexo entre Puente la Reina y Torres del Río. Alberga edificios hermosos y la única muestra del románico civil que queda en pie en Navarra. Y nos alberga esta noche, en la que buscamos aliento y reposo después de largos días de adentrarnos en el Camino y de que el Camino se nos adentre en la misma medida.
Se habrán dado cuenta de que hace unos días no escribo. No es falta de inspiración ni entusiasmo, pero sí denota la huella que el Camino deja por nosotros. Cinco días después de los que la piel aflora y que el final del día nos encuentra sintiéndonos ángeles caídos de nuestro Dios. Es que es difícil mantener el alma plena y la sonrisa fácil con los pies de fuego. Los días se suceden un poco vertiginosamente, Zubiri se ensimisma con Eunate, con el magnífico Puente la Reina, y con los portales de Cirauqui. Las imágenes más queridas son las de Santa María de Eunate, un templo octogonal del siglo XI-XII construido casi seguramente por la Orden del Templo para proteger a los peregrinos en su travesía a Compostela. Con un pórtico que rodea el templo de la misma manera que hoy la basílica en Jerusalén rodea el Santo Sepulcro, octogonal también. Hoy no queda en Eunate registro de los Templarios, y el cartel oficial solo da crédito a la Orden de Malta y San Juan Bautista, los que se apropiaron de las propiedades de la Orden del Templo después de ese primer viernes 13. La magia de Eunate bien vale los 5km extra que acarrea la visita antes de unirse de nuevo al Camino Francés en Óbanos, ya en vísperas de Puente la Reina.
Cuántas historias más se habrán perdido en el Camino, cuántas otras encuentren eco en nuestros corazones, o sólo se evaporen como la niebla de cada mañana. Cada día del Camino es nuevo, y no necesariamente más fácil. Hoy recordamos a Alex, un holandés de 25 años, muy jovial y amigo, que abandonó su intención de caminar 45 km por día para quedarse a lamer heridas en Lorca. O a las demás víctimas del Camino, las que no conocemos y que nunca se sumarán a este relato. La frase del día es seguramente una inscripta en la puerta de la iglesia en Villatuerta: ‘pedid su gracia y marchad, haciendo amor el camino’. Que la sobriedad que hoy me sorprende no esconda la satisfacción de estar aquí, mordiendo el repulgo de nuestras reservas, descubriendo la ligereza de nuestra entereza, asomando nitidez a la delicada tarea de combinar el dolor con el ánimo. Que el Camino muerde hoy es tan claro como el recuerdo de tu piel, o de tus ojos. Mañana será tarea buscar que el camino de todo este amor sea seguir haciendo amor el camino.
25 de Septiembre
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