miércoles, 20 de marzo de 2013

De Leon a Santiago de Compostela

De León a Santiago

Las cosas se amontonan, con su prisa anómala de objetos sin movimiento:

Los billetes de viaje,
la mochila,
la botas,
el sombrero,
los imprescindibles papeles con anotaciones de fechas y horarios,
el pasaporte,
el bordón,
el capote para la lluvia...


Como ocurre con otros fenómenos relacionados con 
la gravedad, con la atracción inerte, es difícil identificar exactamente por qué el Camino me empuja de ese modo. Llamando y llamando. No hay deudas que pagar, no hay religión que complacer, ni promesas por cumplir; pero allá voy, mis amigos. Otra vez hacia Santiago de Compostela.


Tal vez y tan solo tal vez, la razón de este regreso sea que el año pasado llegamos sólo hasta León; que nuestros 500 kilómetros fueron insuficientes para completar el sueño. Pero, creo que la razón también y principalmente ha de buscarse en otra parte. 'A Santiago nunca se llega, solo se va' decía una frase que aprendimos en el Camino. 'Todos vamos hacia Compostela', anotaba otro peregrino. O, en palabras de Yupanqui,


'...Ahi está el justo momento
De pensar en el destino,
Si el hombre es un peregrino,
Si busca amor o querencia
O si cumple la sentencia
De morir en los caminos'


De Santiago a Santiago, caminando con Julio, Laura, Inés y Ramín. Pero también, espero, caminar con todos ustedes. Otra vez escribiendo sobre páramos inexplicablemente desolados, sobre rigores de las cuestas y el clima, los bosques que transpiran humedad y olor a mosto, el color de los vinos ásperos que acompañan al peregrino, la distancia medida por pasos , los cereales abandonados al sol, la rueda del molino y el rumor del agua, la densidad leve del aire que acompaña la senda, la lluvia y la tierra en la que hundes los pasos, la babel de idiomas y colores, la fraternidad y la comunidad, la sensación de que en el Camino y en la vida, uno no va solo nunca.

Son trescientos kilómetros que van desde León a Santiago de Compostela. Empezaremos a caminar el día 23 de Julio, con los rigores del verano, casi desde el límite entre Castilla-León y Galicia. Recorreremos Astorga, Ponferrada, Fonceabadón, Rabanal del Camino, O Cerbeiro y una multitud de lugares con nombres delicados, hermosos, como el perfume de una amante al caer la noche.
De Santiago a Santiago. Allá vamos, mis amigos. 


Salud y Buen Camino

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