Fin de Camino
Sahagún-Calzadilla de los Hermanillos-Mansilla de Mulas-León. Las últimas etapas del Camino han transcurrido con esa modorra vacilante que tiene la rutina, sin dejar grandes huellas ni presentar nuevas batallas. En Sahagún dejamos el románico para entrar en el mudéjar de ladrillos de arcilla y tinte moro. Sahagún tiene ese aire cansado que inquieta un poco al peregrino y lo empuja temprano al camino. En Calzadilla viajamos siguiendo lo que queda de la Vía Trajana, una calzada romana de la cual aún se conservan algunos trechos en bastante buen estado. Dormimos en una Casa Rural regenteada por una pareja bastante peculiar: un cubano y una española que se conocieron en el Camino hace como 25 años. De Mansilla recuerdo poco, excepto la anticipación de llegar a León al día siguiente a poner fin al Camino. Festejamos mi cumpleaños comiendo bien en el Restaurante La Cumbre de León y bebiendo varias botellas de verdejo de Rueda, claramente el vino de este Camino. Esta mañana visitamos la catedral de León, donde nos dimos una dosis de gótico un poco abrumadora. Como en Burgos, la catedral de León es un edificio excepcional, de bóvedas altísimas y exquisitos vitrales, desmerecidos un poco por los toques barrocos que le quitan agilidad a las líneas puras del gótico. Y a eso del mediodía, en vez de ajustarme las botas y coger mi bordón me subí al Alvia 4100 que me lleva a Chamartín.
Fin del Camino. Parece un poco innoble dejar la calzada sin llegar a Compostela. Pero el Camino sabe que volveremos. No está mal del todo eso de detenerse antes de llegar, este ejercicio tántrico que podría confundirse con falta de ahínco, o flaqueza de intención. Pero parar ahora también es una manera de dejar el Camino abierto, pendiente. Una metáfora simple que ilumina lo que debería ser el cariño. La búsqueda perpetua, el intentar incesante, el revisar lo vivido y lo escrito mil y una vez, borrando y aireando frases infelices, haciendo puentes que nos acerquen a quien dejó de querer. Que la labor de pontífice nos prepare entonces, mira que volver a hacer camino no es más que volver a ser camino. Será hasta el año que viene entonces o, mejor, hasta el año que vengas.
‘Perdóname no
sé decirte
nada más pero
tú comprende
que yo aún
estoy en el camino.’
José Agustín Goytisolo (‘Palabras
para Julia’)
13 de Octubre
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