viernes, 29 de marzo de 2013

Epilogo

Epilogo








Anochece en la ciudad de México. Con Laura hemos llegado a esta ciudad entrañable y única hace ya dos semanas. Ella ha salido a reunirse con dos amigas, mientras yo aprovecho para poner punto final a estas páginas. El ruido del tráfico se vuelve intenso, caótico. Me invade la melancolía de poner final a este diario de viaje. ‘A Santiago nunca se llega, solo se va’ es la frase que me ha acompañado en estos meses en los que he escrito este diario. Con la sensación extraña de que, de una manera u otra, para bien o para mal, aún estoy en el Camino. Habría tantas cosas más para contar. Por ejemplo, podría haber escrito sobre la deslumbrante belleza de León, de la cena en la que festejamos el cumpleaños de Julio con  Olga y Raquel, de la despedida de nuestras hermanas del Camino, de las promesas de reencontrarnos pronto. Podría haber escrito todo esto y más aún, pero estas cosas ya las hemos vivido como turistas y no como peregrinos. Por ello, aunque sean entrañables, no tienen cabida en estas páginas.

Solo resta añadir que anoche hemos hablado con Julio un largo rato, recordando y programando la segunda etapa de nuestra peregrinación. Hemos decidido caminar desde el 13 de Julio y llegar a Compostela el 25 de Julio, el día que se conmemora a Santiago Apóstol. Volveremos, entonces, en unos cuantos meses, bordón en mano, a seguir la ruta milenaria, cumpliendo con nuestra consigna: de Santiago a Santiago. Así que, ultreia, mis amigos, ultreia. ¡Nos vemos en el Camino!


25 de enero del 2013

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